viernes, 7 de agosto de 2015

Tango Mariano Mores Argentina


Tango:

Mariano Mores nació con el nombre de Mariano Alberto Martínez en el barrio de San Telmo, Buenos Aires. Fue el mayor de siete hermanos. Sus padres eran apasionados bailarines que participaban constantemente de los concursos de tango que se organizaban en la ciudad.2 Su padre era viajante de comercio. Su abuelo era flautista y director de una banda, e insistía que «Marianito» debía aprender música y ser concertista.2 Su familia se mudó a Tres Arroyos en 1925. Allí comenzó a los siete años a estudiar piano clásico con un instrumento comprado especialmente por su familia para que él se convirtiera en concertista.2 Pero luego de algunas clases, el profesor de piano renunció a tenerlo como alumno, pensando que carecía de aptitudes musicales.2 Lo triste fue cuando al cabo de unos meses el profesor me mandó de vuelta a lo de mi tío diciendo que no quería robarles la plata, porque al chico no le gustaba la música. Y, la verdad, lo tenía cansado: me costaba la clave y quería jugar a la pelota con mis amigos, nada más. Nadie sabía cómo darle la noticia a mis padres, estaban tan ilusionados. Mariano Mores2 Los padres vendieron el piano y en 1927 volvieron a Buenos Aires, radicándose en el barrio de Flores. Coincidió que en la esquina de su casa había un almacén y que la hermana del almacenero era maestra de piano: Me asomé a la puerta y vi a una niña tocando aquello que yo no había podido aprender. Sonaba bellísimo. El almacenero me propuso aprender, porque la maestra era su hermana, y como yo no tenía dinero para pagar, acordamos en secreto que me descontaría 100 gramos de cada compra hasta juntar los 5 pesos que costaba la clase. Nunca me cobraron. Aprendí como un loco. Me entusiasmé tanto que pasé el solfeo y al año me recibí de maestro. Tenía 10 años. Mariano Mores2 En 1928 la familia Martínez se radica en Lanús Oeste, donde los padres volvieron a comprar un piano y Mariano comenzó a estudiar en el conservatorio D’Andrea con la profesora Amelia Faguada de Alcami, recibéndose en un año de profesor de teoría musical, solfeo y armonía.5 En 1929 la familia se traslada a España donde permanecerá hasta 1936.5 Allí Marianito obtiene una beca en la Universidad de Salamanca donde se perfeccionó como pianista clásico tomando el perfil de niño prodigio que se presentaba como Lolo el compositor relámpago, debido a su capacidad para improvisar una canción a partir de dos o tres notas que le proponía el público.6 La gravedad de la situación política y la proximidad de la Guerra civil, hizo que la familia entera retorne a la Argentina en 1935. En 1935, estando aún en España, la muerte de Carlos Gardel en un accidente aéreo sacudió al mundo. Por entonces, luego de pasar toda su adolescencia en Europa el contacto de Marianito con el tango era prácticamente nulo. Fue recién en ese momento que el joven Martínez comenzó a escuchar a Gardel y se apasionó por el tango:7 Fue en 1936. Aún estaba fresco el recuerdo de la muerte de Carlos Gardel, yo casi no sabía quién era. Me acordaba, sí, que una vez, paseando junto a mi padre por la rambla de Barcelona, mi viejo se detuvo a escuchar la música que llegaba desde un negocio. «Eso es un tango ―me dijo―. Y el que lo canta se llama Gardel». Mariano Mores8 Mores se apasionaría con la música de Gardel, sobre todo la de su última etapa compuesta con Alfredo Le Pera que resultaría de una de sus principales influencias: «Me envolvió esa música».9 Ese mismo año de 1936, cuando Mariano contaba con 18 años, muere su padre, complicando seriamente la situación económica de la familia. En 1936 Mariano conoce a las Hermanas Mores, que formaban un dúo, sumándose a ellas como pianista. Con una de ellas, Myrna, se casaría. Al ser conocidos como «Los Mores», adopta ese apellido para su nombre artístico. De izquierda a derecha: Margot Mores, Myrna Mores y Mariano Mores. Al poco tiempo, mi papá se enfermó. Murió muy joven: tenía 42 años. Me dejó solo, porque desde entonces me faltó el alma. Mi padre era un hombre muy estudioso y culto; me hablaba de historia, de Chopin, de Beethoven. Estos son vestigios que quedan en uno; preludios que te da la vida, insignificantes, pero doloroso. Mariano Mores10 Mariano consiguió entonces trabajo como pianista en el Café Vicente de la calle Corrientes al 900, donde tocó música internacional.7 Por ese motivo, varias décadas después, la esquina de Corrientes y Carlos Pellegrini sería nombrada como Esquina Mariano Mores 

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