domingo, 27 de marzo de 2016

Tango Gotan Project Argentina


Tango:

Fue hace ya un siglo. En enero de 1999, Gotan Project iniciaba su regreso al futuro. El futuro del tango, hasta el momento conservado en el anaquel de los usos y costumbres descoloridos. ¿Del pasado, desfasado? Un tiempo. Fue necesaria la intervención de la juventud. En 2001, "La revancha del tango" se impone en los dance-floor e introduce un nuevo sonido. Una marca de fábrica, a menudo fotocopiada, nunca igualada. El éxito del disco se transforma en triunfo en el escenario. El éxito fue tan resonante que, en 2006, el trío firma una continuación, "Lunático", homenaje a Carlos Gardel y, más ampliamente, a todos los héroes del tango, incluido, por supuesto, Astor Piazzolla. Enero de 2009... Diez años después, un milenio más tarde, Gotan Project retoma el camino del estudio de grabación, fiel a los principios fundadores: una voluntad de transgredir los códigos del tango, para sublimarlos mejor. Ello dará como resultado "Tango 3.0", título que dice mucho sobre sus intenciones, como para confirmar que, en el momento en que la gran red teje encuentros de todo género, esta materia prima sigue siendo un formidable sujeto de exploraciones sonoras. Esta vez, Eduardo Makaroff, Philippe Cohen Solal y Christoph H. Müller han escogido el método inverso: "Partir de otro lugar, para retornar al tango". Tango y cumbia, ska y marcha, country y milonga, groove y chacarera, dirty sound y tango... Las hibridaciones más improbables siguen siendo posibles. De todas ellas, es el blues la que otorga su color fundamental a "Tango 3.0". Desde la emblemática obertura, titulada "Tango Square", referencia explícita al Congo Square de Nueva Orleans. La conexión adquiere todo su sentido, cristalizada por el sonido pegajoso del Hammond B 3 de Dr. John, gran brujo de los teclados, y el swing de una brass band completa. Los vientos, raramente incluidos en el tango, ocupan un lugar único en "Tango 3.0", haciéndonos recordar el uso del clarinete en los primeros momentos de esta música-mundo. Es el instrumento que ejecuta el gracioso Melingo en "Tu Misterio", un slow para bailar pegaditos, uno contra el otro... El encantador rockero no es la única voz invitada a este festín de sonidos. Está el escritor Julio Cortázar, timbre de ultra tumba, quien recita un pasaje de su libro totémico, "Rayuela". Palabras lúdicas para una parábola filosófica alrededor de este juego de niños. Otro poeta, el también surrealista Víctor Hugo Morales, entona, en "La Gloria", ¡un himno de estadios! El comentador número uno de los partidos de fútbol se lanza a una improvisación en la que su voz driblea entre los músicos de Gotan Project: del bandoneonista Nini Flores a la violinista Line Kruse, pasando por el pianista y arreglista Gustavo Beytelmann, pilares del equipo... "GOOOOOOOTAN !", con un saludable toque de auto ironía. Sin duda alguna, "Tango 3.0" lleva el desafío aún más lejos: la renovación del tango, por todos sus costados, corriendo el riesgo de desbordarlo, sin nunca pretender agotarlo, pero siempre con este sutil perfume de ambigüedad. Con la creación, a la vez, de canciones de formato pop e instrumentales sabiamente orquestadas, Gotan Project supera los límites donde algunos habían intentado confinarles. Si la electrónica y el tango siguen siendo, más que nunca, las dos matrices, sería sin embargo vano reducir a Gotan Project a esta fórmula. Hoy en día, como ayer, se trata antes que nada de contar historias, aquellas historias eternas del imaginario del tango, amores turbios para alegorías afiladas, cabalgatas "cinemáticas", que recuerdan el alma de los gauchos... Y, más allá, la de todo un país: Argentina. Versión desencantada, cuando Cristina Vilallonga desen(canta) la "Desilusión", que sigue a la crisis de 2001: un tercio de la población se hundirá debajo del umbral de la pobreza. Visión trágica de un mundo, el nuestro, cuando su voz de desliza al interior de un megáfono y, sobre un beat minimalista de los más oscuros, para denunciar los "Mil Millones" de hambrientos que pueblan el planeta, citando de paso una frase del ilustre Enrique Santos Discépolo. Vertiente melancólica, por último, con la melodía que concluye este nuevo disco: "Érase una vez"... la Argentina de la edad de oro, El Dorado de todos los exilios, melting pot de donde surgirá una banda sonora de letras capitales: TANGO.

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